domingo, 13 de mayo de 2018

CONSEJOS


Hola chic@s hoy os traigo otro consejo saludables, espero que os guste




LO QUE DEBES SABER DE LOS PRODUCTOS LIGHT.

Los productos light o pobres en azúcares o grasas no siempre tienen pocas calorías y pueden desequilibrar nuestra alimentación.
El espectacular aumento en las ventas de productos bajos en calorías, azúcares o grasas no se ha acompañado de una disminución en las tasas de obesidad o en una reducción de la ingesta de calorías de la población. Conviene preguntarse, por tanto, cómo nos influyen las declaraciones de salud "light" o "bajo en grasas o azúcares". ¿Conciencian sobre aspectos dietético-nutricionales o generan la ilusión de que son alimentos "que adelgazan"? ¿Incrementan la calidad dietética o promueven el sobreconsumo de alimentos insaludables? ¿Informan o, más bien, aumentan la confusión de los consumidores? El presente artículo analiza estas cuestiones.

Según la legislación vigente, un alimento puede publicitarse como "light" o "ligero" si el fabricante ha reducido en un 30% su aporte calórico, siempre que se indique la característica que hace que el producto sea "light". Pero que un alimento sea "light" no significa que no tenga calorías. Puede seguir aportando una notable cantidad de energía, como es el caso de quesos, mayonesas o margarinas "light".

Por otra parte, cuando se indica que se ha reducido el contenido en azúcares o grasas, también debe disminuir en un 30% la cantidad de azúcar o de grasa. No obstante, un alimento al que se le ha reducido el contenido en grasa puede haber sufrido un incremento en el contenido en azúcares, y viceversa, por lo que su aporte energético no siempre será menor.

En ambos casos, tanto en el alimento "light" como en el alimento al que se han reducido sus grasas o sus azúcares, es posible que se esté frente a productos con grandes cantidades de sal. Para comprobar si es así, es preciso saber que se considera que un alimento tiene "mucha sal" cuando contiene 1,25 gramos de sal, o más, por cada 100 gramos de alimento, y que tiene "poca sal" (es la situación idónea) cuando aporta 0,25 gramos (o menos) de sal por cada 100 gramos de alimento.

Pero el verdadero problema no es tanto la sal, sino cómo puede cambiar el comportamiento alimentario de la persona cuando adquiere los productos que contienen eslóganes como "light", "bajo en grasas" o similares, tal y como se amplía a continuación.

Contenido reducido en azúcares... ¿También en energía?

No se debe confundir las declaraciones "bajo contenido en azúcares" o "sin azúcares" con la declaración "contenido reducido en azúcares". Mientras que en las dos primeras se está ante productos con cantidades bajas de azúcares, esta última detalla que se ha reducido la cantidad de azúcar en un 30% (o más) en relación a un producto similar. Por tanto, si el "producto similar" tenía una notable cantidad de azúcar (por ejemplo, una mermelada), es posible que las calorías no hayan disminuido de forma considerable.

No siempre que un alimento tiene pocos azúcares aporta pocas calorías, pues es posible que su contenido en grasas sea importante
Sea como fuere, no siempre que un alimento tiene pocos azúcares aporta pocas calorías, porque es posible que su contenido en grasas sea importante. Es recomendable, por tanto, revisar la etiqueta del producto y comprobar su aporte calórico. Una pista que puede ser de utilidad es revisar si el montante de calorías es inferior a 225 kilocalorías por 100 gramos. Se trata de una cifra a partir de la cual la capacidad de promover la obesidad por parte de alimentos procesados es notoria, según indicó en 2007 el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer.

Una declaración de salud que también puede ser desconcertante, aunque cumpla a la perfección la legislación vigente, es la siguiente: "sin azúcares añadidos". En este caso, la confusión se puede producir por la existencia de productos en cuya elaboración se generan azúcares en grandes cantidades, como es el caso de ciertos cereales para bebés.

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